The Undertaker comenta sobre sus inicios en la lucha libre
The Undertaker en muy pocas ocasiones habla sobre su personaje, y hablar sobre su carrera. Sin embargo, el entrenador de los Longhorns de Texas, Tom Herman, trajo al luchador de WWE a una charla del equipo, para que compartiera su conocimiento con los jugadores. A continuación, dejamos lo más interesante de sus palabras.
Sobre sus inicios
«Cuando empecé, jugaba al baloncesto en la Universidad de Texas Wesleyan. Estaba estudiando la opción de ser jugador profesional en el extranjero, porque era consciente de que no era lo suficientemente bueno para la NBA. Querían que me pusiera más fuerte, que cogiera peso. Entonces, poco después de empezar a trabajar, me encontré con un tipo en el gimnasio que estaba buscando un chico para la escuela de lucha».»Era muy fan del wrestling en mi infancia, así que empecé a ponerme al día con el producto, y vi que no había muchos chicos de mi tamaño que pudieran moverse bien en el ring. Le pedí consejo a mi hermano, y me dijo que debía vivir mi vida, y tomar mis propias decisiones. Dejé la escuela, y empecé a desarrollar mi pasión, mi deseo de entrenar para entrar en el mundo de la lucha libre». «No conocía a nadie en ese mundo, así que era casi imposible poner el pié en la puerta, mientras todo el mundo me decía que era estúpido por dejar mi casa. No quería aceptar ayuda de nadie, era muy terco, y quería hacer las cosas a mi manera. Era un chico de 20 años que vivía en una camioneta e iba de bar en bar, metiéndome en peleas callejeras. Hice lo que tenía que hacer para sobrevivir». «Fue un proceso lento. Fui al Sportatorium todos los miércoles, durante 8 años. Me sentaba en la oficina, sin que nadie me dijera nada. Un día, Fritz Von Erich entró y me miró, aunque no me dijo nada. Pero entró en otra habitación, y escuché que decía: ‘¿Quién es el chico pelirrojo?’ ‘Vamos a reservarlo para el viernes por la noche’. Se fijó en mí porque me parecía a su hijo. Estaba en el lugar correcto, en el momento adecuado, y mi perseverancia dio sus frutos. Después de todas las puertas que me habían golpeado en la cara, tuve éxito porque me parecía al hijo mayor que él había perdido».
«Pero la cosa no es tan sencilla. El hecho de que estés en la mejor universidad del país no significa que te vaya a ser fácil. Lo que importa es la pasión, y el deseo de ser grande. Yo quería conquistar el mundo, y eso es lo que vosotros debéis querer. Debéis trabajar duro delante de vuestros entrenadores, pero también cuando no hay nadie mirando. Si quieres ser genial, puedes ser genial».